
Girar el “hula hula” alrededor de la cintura y esperar que no se cayera es parte de los recuerdos de la infancia, de momentos de juego y recreo, sin embargo, retomar su práctica podría traerle grandes beneficios, de hecho, ha dejado de ser un simple juego y se ha convertido en toda una disciplina que hace mejorar la salud física y mental de la mano de una sonrisa.
Actualmente, su práctica consiste en un entrenamiento en el cual las personas deben girar un aro mientras realizan varios ejercicios de coordinación, ya que es necesario conocer su técnica y la secuencia de movimientos necesarios para realizar diferentes trucos.
Podría parecer muy sencillo, no obstante, requiere de esfuerzo físico y concentración para lograr dominar los movimientos, por lo que tiene su grado de dificultad, así lo explicó el fundador del proyecto Hulauleando, Rolando Carvajal mejor conocido como “Tacho”.
“Un entrenamiento incluye un calentamiento articular, se enseña la técnica y los trucos conforme vaya mejorando el estudiante y se monta una secuencia de movimientos para que la persona pueda dominar el aro, al finalizar, se estira y se relaja el cuerpo y la mente”.
Conforme se adquiere la habilidad de girar el aro, se incorporan otras partes del cuerpo como: cuello, piernas, extremidades e inclusive otros movimientos que demuestran la destreza de la persona con el aro fuera de su mismo cuerpo.
Una clase dura aproximadamente 1:45; pero, una sesión de entrenamiento se puede extender, esto dependerá del rendimiento del estudiante, por ejemplo, cuando se baila la persona puede durar muchísimo más con el aro.
Según Daniela Trejos instructora de hula con más de 8 años de experiencia, su práctica ya no excluye a los adultos, por el contrario, invita a todo tipo de personas a tomar un aro y darle movimiento.
“Es un ejercicio para cualquier edad, ya que es de bajo impacto y es muy fácil de aprender con la correcta instrucción y el hula adecuado”, indicó.
Existen diferentes tipos de aro, en colores y tamaños, es por eso importante conocer qué le beneficia según lo que busque obtener con la práctica del hula.
“El material influye mucho según el tipo de ejercicio que desea realizar la persona, por ejemplo, para aprender es muchísimo más fácil utilizar un hula grande y pesado, además, este tipo de hula es para realizar ejercicios de fuerza y los aros livianos para realizar muchos trucos” explicó Daniela.
Por su parte, Tacho enfatiza que si el aro es muy pesado tampoco debe ser excesivo el movimiento, ya que puede generar lesiones, además, en Hulauleando han incorporado las clases individuales en las cuales se asesora a la persona para que pueda planificar sus entrenamientos por objetivos.
“En Hulauleando se desarrollan diferentes estilos, desde la práctica para mejorar la salud física y mental, en la que se incorpora el baile mientras se domina el aro, hasta el artístico, para realizar propuestas en escena, esto depende de lo que la persona quiera”, expresó.
Entre los beneficios de su práctica resaltan:
- Quema de calorías (420 calorías por hora aproximadamente).
- Tonificación de los músculos.
- Fortalecimiento de la espalda.
- Mejora la coordinación.
- Aumenta la flexibilidad.
- Genera felicidad.
Según Daniela, las excusas para realizar un ejercicio físico que divierte al mismo tiempo no deberían existir, ya que con el hula la persona disfruta y cuida de su salud al mismo tiempo.
“Practicarlo es súper divertido y los beneficios hablan por sí solos y en Hulauleando hay una muy buena asesoría y hulas de todos los tamaños, así que no hay excusas para no empezar”
Si está interesado en iniciar con la práctica del hula, puede contactarse con el proyecto Hulauleando a través de su página de Facebook.