
En el fútbol americano, como en otros deportes de contacto, las mujeres quieren romper esa idea de fragilidad y de dependencia, ya que si existe algo con lo que deben luchar estas jugadoras a diario es contra el estereotipo creado alrededor de su femineidad y el supuesto papel de “sexo débil”.
Estos estereotipos han impedido que las mismas mujeres se vean como autosuficientes, fuertes y capaces al jugar fútbol americano, de hecho, si existe una razón por la que despierta la curiosidad de muchas, es justamente por el desconocimiento que existe alrededor del deporte.
Tal como le pasó a Shirley Calderón, quién sin saber absolutamente nada sobre el deporte se vio muy atraída al ver a un grupo de muchachas del equipo Bulldogs Flames entrenando los domingos muy temprano en La Sabana.
“Desde hace varios años acostumbro a practicar deporte, recuerdo ver a las muchachas jugando y una de ellas se dio cuenta y se me acercó, me preguntó si alguna vez lo había practicado y le dije que no”.
Desde el 2018, Shirley se ha convertido en una jugadora funcional del equipo de Flame y agradece que la curiosidad la haya llevado a iniciar en el deporte.
“Yo tengo un hijo de 30 años, él es aficionado al fútbol americano, antes de Flame yo solo veía dos equipos que se golpeaban, cuando empecé a ser parte del equipo me empecé a dar cuenta que es un deporte de mucho estrategia, se debe estudiar, analizar y aprender la técnica para poder jugarlo”.
El fútbol americano es un deporte no tradicional en el país y más cuando es jugado por mujeres, quiénes tienen que romper con eso y demostrar que no solo es un deporte para hombres.
En el caso de Shirley no solo ha evidenciado que siendo mujer se puede jugar fútbol americano, sino que no hay límite de edad para practicarlo. En sus inicios en 2018 tenía 48 años y ella misma reta a las mujeres a practicarlo, ya que si ella pudo hacerlo a esa edad, cualquier mujer puede hacerlo si lo intenta y lo cree.
“Cuando yo empecé era la jugadora de mayor edad, las demás chicas rondaban los 20 años. Me gusta la idea de impulsar a más mujeres a que lo intenten, compartirles de la experiencia que uno tiene y darles instrumentos para que entiendan que son capaces de jugar fútbol americano, que tienen las mismas facultades que un hombre para practicarlo”.

El estereotipo de que el deporte al ser de contacto consiste en solo golpes y violencia es una excusa más para no salirse del molde, en realidad, el fútbol americano representa una estrategia grupal acompañada del rendimiento físico de las jugadoras, de hecho, se le relaciona con el ajedrez por la táctica, el bloqueo, el ataque, la defensa, las aperturas del juego, hasta el medio tiempo y los finales.
“Yo en la Universidad jugaba ajedrez y tienen relación, ya que se debe planear el juego y analizar al oponente, cada pieza en el ajedrez tiene una misión al igual que cada jugadora en el fútbol americano y por sí solas no pueden hacer nada, tienen que ser un equipo para lograrlo”, expresó Shirley.
El trabajo en equipo es uno de los elementos fundamentales en el juego, de hecho, muchas veces trasciende de lo deportivo a lo personal, así le sucedió Dayana Arce, quién inmersa en una depresión, recibió una invitación de una amiga a participar de un entrenamiento y sin saberlo, el deporte se convirtió en la clave para mejorar su salud física, emocional y mental.
“Es un deporte de mucha disciplina, se debe seguir las reglas al pie de la letra, escuchar y seguir al entrenador y proteger a tu equipo, al ser un deporte de protección ha sido importante para mi vida personal y aprendí a cuidar también de mi misma y creer que todo lo puedo lograr” expresó Dayana.

No tradicional y en consecuencia, ha sido difícil lograr que las mujeres puedan dedicarse de lleno al deporte. Shirley es Socióloga y Dayana Asistente Financiera, ambas después del trabajo y en sus tiempos libres se dedican a entrenar y a participar de juegos y campeonatos.
La disciplina y el compromiso es un elemento fundamental, ya que de esa manera el entrenador del equipo Charlie Ávila, logra observar las fortalezas de cada jugadora y así determinar en qué posición juegan.
Otro de los grandes mitos que envuelve el deporte, es justamente sobre las posiciones en las que juegan las mujeres, ya que muchas veces lo delimitan al tamaño “si son grandes o pequeñas” cuando en realidad, se trata de observar el rendimiento de cada jugadora.
“Yo soy liniera, que es donde empieza la jugada, siempre he jugado en esa posición, pero puedes jugar en cualquier posición según tus capacidades” indicó Dayana. En el caso de Shirley inició como safety, ahora es receptora, debido a que toda la vida ha practicado atletismo, eso le ha permitido ser bastante rápida en el campo, cualidad que el coach Charlie determinó.
El fútbol americano es un deporte que no pone barreras, ni siquiera a nivel físico gracias a sus distintas posiciones de juego, el coach Charlie muchas veces juega con las chicas y les crea esa seguridad de que si pueden enfrentarlo a él que es hombre y es grande, pueden enfrentar a cualquiera, sin importar su sexo.
Los grandes culpables de que el fútbol americano femenino no sea reconocido son: los estereotipos que lo rodean y la falta de apoyo empresarial, aunado a esto, ambas jugadoras consideran que muchas mujeres no se interesan en practicarlo por la mal percepción que tienen entorno a esto y hacen un llamado a que cualquier chica puede ser parte de un equipo de fútbol americano con solo intentarlo y retarse así mismas.
Es más, ambas ratifican que se trata de romper las barreras de desigualdad que hay entre hombres y mujeres, para demostrar que las mujeres pueden y que son fuertes para todo, afirma Shirley.
“Las mujeres debemos entender que estamos para apoyarnos, ayudarnos y unirnos como una fortaleza para ser, para salir adelante, jamás permitir una competencia injusta, apoyarnos para crecer porque cuando una mujer crece, crecemos todas como unidad, y así, solo así, la sociedad entenderá que tenemos los mismos derechos y oportunidades en el mundo”.
